En qué creo

Pego, abril 2010

Creo en el aire rudo que el "laborar" procura

a sus manos

en la calidez que estas albergan

templanza

en el discurrir del tiempo

tibio

que estriándolas surca.

Creo en la elegancia de tus acciones

Oriente

En lo que de ritual tiene

el ritmo lento

concreto

de tus movimientos

en el discurrir de (tu) tiempo.

Creo en la levedad ondulante

cabellera

sonora

en el oliva que enturbia tu tez

en el tierra que vela

tamiza el mirar

en la familiaridad que articula tus falanges

en las platerías que las adornan

en el añil ornamental que danza entre tus dedos

Creo en la fertilidad de estas tierras

y en la frigidez austera de aquellas otras

Poniente

en el viento que mece

y en el que corta

diagonal

en la verticalidad lisa que raya mi cara

y en su levitar ligero

a contra

tiempo

creo en lo que a esta ingravidez obedece

arritmia

arrítmica

arremete

Monet

Creo en el acoplamiento perfecto y casual

entre dos curvas

en lo que acontece

tangencial

Creo en la lógica natural

convergente

Creo en el parpadeo latente de un contraluz

blanc

batec

bategant

Van Gohg

en la riqueza cromática del blanco

la direccionalidad coloreada en Sorolla

corpórea

táctil

y en la plasticidad dócil del carbón

tan

tangible

"terreno"

en el complaciente carácter cítrico del amarillo nápoles

y la acidez extinguida al sol

en lo esquivo del azahar

y la modestia tenue del jazmín

en la indulgente opacidad vegetal

solar

vidriada

en la simbología sombría de mi nombre

purpúrea

musicalidad (viola)

en la condescendencia femenina

y la sincronía cíclica kosmos

en la vibración de esas primeras notas

pulso

resonar

Creo en el inseguro deslizar de la piel gastada sobre el parqué

en el gratificante dolor al andar de puntillas

grácil

pueril

en la imposición de los cigarrillos como unidad mesurable de la temporalidad

en la muerte prematura

(fósforo)

en la fluidez

aérea

de las ráfagas de humo

etéreas

resultantes de la violenta combustión

candente

original

Creo en los comienzos, divagantes

creo

en tu regazo,

abrigo

materno.